Describía el nuevo consejero de Sanidad, Antonio Sanz, en su intervención este miércoles ante el Parlamento andaluz que en 2017, poco antes de las elecciones en las que perdió el Gobierno, Susana Díaz se ausentó de un debate extraordinario sobre sanidad. En su primer Pleno sobre este ámbito de la legislatura, y el más complejo tras la crisis por los cribados del cáncer de mama, Juanma Moreno permaneció 20 minutos y continuó el resto del tiempo “trabajando desde su despacho”. El tiempo suficiente para respaldar la propuesta de mano tendida y de diálogo para abrir “una nueva etapa” que había preparado su gobierno en torno a 16 medidas. Pero insuficiente para evitar una continua referencia a su “ausencia y a su silla vacía” y la comparación con la respuesta del último gobierno socialista ante uno de sus principales problemas de gestión al margen del caso de los ERE.
El primer debate parlamentario sobre la sanidad en Andalucía fue una etapa más en la compleja crisis que atraviesa el Gobierno andaluz desde que hace casi un mes la Cadena SER desvelara una serie de casos de fallos en los cribados de cáncer. A partir de ahí, Juanma Moreno entró en una espiral inédita que intenta dejar atrás a toda costa y lo más rápido posible ante la proximidad de las próximas elecciones andaluzas. Por eso, Antonio Sanz aprovechó la esperada sesión (en la que estuvieron presentes colectivos y sindicatos) para tratar de marcar un punto de inflexión: volvió a pedir “disculpas por los fallos“, expresó su cariño a las mujeres que padecen cáncer de mama “estén en la asociación que estén”, lanzó una “oferta de diálogo” y de “mano tendida”, realizó autocrítica con la gestión realizada y enumeró una batería de propuestas (la mayoría anuncios ya realizados) que deben suponer la hoja de ruta para un gran pacto por la sanidad. “Terminemos con el ruido, no convirtamos la sanidad en un campo de batalla”, solicitó.
Rechazo en bloque de la oposición
Pero “esta nueva etapa” se encontró con tres obstáculos. El primero, y más evidente durante la jornada, fue la oposición. Desde distintas perspectivas y discursos pero el rechazo a la gestión sanitaria y específicamente a los fallos del cribado de cáncer es unánime y, por primera vez en los últimos años, con impacto a nivel nacional. “No tienen ninguna credibilidad, no son casos aislados, no son errores. Ha habido mentiras, bulos y falta de sensibilidad“, apuntó la portavoz socialista, María Márquez. En términos similares se posicionaron la portavoz de Por Andalucía, Inma Nieto, quien acusó al Gobierno andaluz de “no dar explicaciones” y de ” buscar privatizaciones” o el portavoz de Adelante, José Ignacio García, el más incisivo: “Todo lo ocurrido es la punta del iceberg del colapso del sistema sanitario que se ha convertido en la peor pesadilla de los andaluces”.
Pero también desde el otro lado ideológico. “Llevan siete años en la Junta de Andalucía y no han resuelto nada. O no han podido, o no han sabido o no han querido. No son fallos, es dejadez mientras el cáncer de mama descendía en Andalucía por debajo de otros territorios y puede que también delitos si se demuestra ocultación”, afirmó el portavoz de Vox, Manuel Gavira. El consejero Sanz o la portavoz del PP, Beatriz Jurado, apenas le dedicaron ni una palabra en sus respuestas. Se centraron en María Jesús Montero y en el PSOE enumerando sentencias, fallos durante su etapa o recortes. “María Jesús mentira”, llegó a ironizar Sanz. Si se toma como referencia el último barómetro del Centra es la formación de extrema derecha quien está consiguiendo de momento rentabilizar el desgaste de Moreno en ámbito como el sanitario.
Sí optó el Gobierno por incorporar una veintena de propuestas de los grupos de la oposición como un gesto para avanzar en el acuerdo. A las 13 iniciativas que llevaba el PP (respaldando la gestión realizada, anunciando más presupuesto o contrataciones y enumerando inversiones concretas ya planificadas) incorporó una batería de medidas de carácter menor de PSOE, Por Andalucía, Vox o Adelante Andalucía. Insuficientes para los grupos pero un mensaje dirigido a todos los colectivos y sindicatos con los que se están manteniendo reuniones en las que la Consejería de Sanidad se ofrece a escuchar y a incorporar medidas. Sólo una de ellas afectaba a la transparencia en torno a la crisis de los cribados: la obligación de publicar un balance real de las contrataciones realizadas por los planes de choque antes del mes de diciembre.
La crisis de los cribados
El segundo gran obstáculo es una crisis de los cribados que el Gobierno andaluz no acaba de dejar atrás. La hoja de ruta consistía en asumir el problema, trazar un plan de choque para resolverlo de forma urgente y establecer una estrategia a largo plazo para que no se vuelva a repetir. Pero casi un mes después sigue habiendo, como subrayaron desde la oposición, incógnitas abiertas en torno al alcance y el origen de los problemas que empezaron limitándose al cribado de cáncer de mama del Virgen del Rocío, continuaron con el resto de cribados y han desembocado en que se asuma un problema estructural en el sistema sanitario por parte del Gobierno autonómico.
Esta crisis se tensa aún más por la relación con la Asociación de Mujeres Andaluzas con Cáncer de Mama. Horas antes de la sesión plenaria, el consejero Antonio Sanz se expresó con dureza sobre la entidad a la que acusó de “calumniar”, “generar alarma social” o presentar “denuncias falsas” por las denuncias presentadas a la Fiscalía tras no poder acceder a en el portal del SAS a informes de mamografías o pruebas diagnósticas que estaban recopilando para presentar la demanda colectiva (circunstancia que la Consejería atribuye a una caída del sistema). En el Pleno, el discurso cambió. Volvió a la “mano tendida”, al “respeto” y al “cariño” y eludió cualquier mención directa más allá de la disposición a reunirse y a tratar de diferenciar a la dirección regional de esta entidad de otras federaciones como las de Jerez o Cádiz con las que ha conseguido entablar una vía de diálogo.
Pero el enfrentamiento abierto con la asociación que ha ejercido de portavoz de los fallos del cribado y que ha acudido a la Fiscalía ya contra el Gobierno andaluz, abre una grieta dentro de la propuesta de diálogo. Este viernes, como anunció Sanz, se convocará una comisión de expertos con entidades y profesionales para abordar la situación de cribado. La asociación que es en estos momentos la referencia no acudirá. No tiene intención de reunirse con un gobierno con el que tiene prácticamente rota la relación. Y este es uno de los principales reproches de todos los grupos de la oposición que expresaron su respaldo a Amama y dieron credibilidad a su denuncia de una ocultación de pruebas diagnósticas elevada a la Fiscalía.
Final de la legislatura
Existe un tercer y último obstáculo en esta oferta de diálogo: el momento de la legislatura. Han pasado siete años desde la llegada de Juanma Moreno a San Telmo y quedan apenas nueve meses (como máximo) para las elecciones autonómicas. El planteamiento de hacer borrón y cuenta nueva y de asumir problemas estructurales en la gestión de sanidad en su ronda de reuniones con todos los colectivos supone, en la práctica, una enmienda a la gestión realizada como le recuerdan una y otra vez todos los grupos de la oposición y todos los sindicatos o colegios profesionales que mantienen reuniones con la nueva consejería.
“Esperamos tener las bases de esta reforma de la sanidad en los próximos seis o siete meses“, resumió el consejero Antonio Sanz. Esos son los plazos que se manejan para realizar 4.300 contrataciones, licitar un plan de inversiones con proyectos en todas las provincias, reformar la bolsa de empleo, aprobar un decreto para facilitar el acceso de sanitarios en zonas de difícil cobertura o ejecutar un plan de digitalización. Un vuelco a la sanidad andaluza de las últimas décadas en plena campaña electoral y en la recta final de una legislatura.
El Gobierno andaluz ha asumido que la sanidad es su gran problema, y que es más grave de lo que creía. Ha encajado públicamente el “desgaste” y ha incluido la autocrítica en sus intervenciones hasta el punto de cesar a su segunda consejera en una legislatura. Ahora el desafío de esta “nueva etapa” es conseguir demostrar a colegios profesionales, sindicatos y a la ciudadanía que ante un problema existente quien puede resolverlo es quien ha gobernado durante los últimos siete años. De momento, para ello antes tiene que cerrar una crisis por los cribados primero cumpliendo los objetivos de realización de pruebas y contrataciones y después aclarando qué es lo que ha ocurrido y cuál ha sido su alcance.
The post BREAST CANCER | Moreno opens a “new stage” in Andalusian healthcare after 7 years but clashes with the opposition, the screening crisis and his “empty chair” appeared first on Veritas News.