Jordi Alba ha dicho adiós al fútbol desde Miami, pero su mirada sigue firme, sin nostalgia ni dramatismo. Tras más de dos décadas de carrera, repasaba con perspectiva esta semana en una entrevista con Albert Masnou en SPORT desde Estados Unidos los momentos que marcaron su camino. Y si hay un nombre que aparece de manera inevitable, ese es el de Unai Emery, el entrenador que cambió por completo su destino.
Cuando Alba llegó al Valencia, lo hizo como un joven extremo con recorrido, eléctrico y atrevido, pero sin hueco en el equipo. “Estuve un año prácticamente sin jugar nada”, recuerda. La historia podía haber acabado ahí, como tantas otras, pero Emery vio algo que nadie más vio: la posibilidad de reconvertirlo en lateral. Una idea que, en aquel momento, al propio Alba le parecía una locura. “No quería jugar de lateral. Toda mi vida había sido mediapunta o extremo. Pero fue Unai Emery quien lo decidió. Muchas veces lo hablamos: yo no quería jugar ahí. Pero gracias a ese cambio me he podido ganar la vida y tener una carrera exitosa”.
El experimento funcionó. En cuestión de semanas, el chico que había pasado del Barça al Cornellà y del Cornellà al Valencia encontró su sitio definitivo. Su despliegue físico, la velocidad y la determinación encajaron a la perfección en la nueva posición. El resultado fue fulminante: “Pasé de no jugar a ir con la selección en tres meses”, explica. En ese tiempo, Alba no solo se ganó el puesto en el Valencia, sino que debutó con la selección absoluta y se consolidó como uno de los laterales más prometedores de Europa.
El punto de inflexión
Aquella decisión de Emery fue mucho más que un cambio táctico. Fue el punto de inflexión que permitió a Alba iniciar una carrera de leyenda: más de 600 partidos en la élite, doce temporadas en el Barça, una Eurocopa, una Champions y cinco Ligas. Todo a partir de una oportunidad que, al principio, ni siquiera quería aceptar.
El propio futbolista lo resume con humildad y gratitud: “Quizás la persona clave ha sido Unai Emery. Ese cambio de posición, todo lo que me ayudó… Fue el paso más importante de mi carrera.”
De Emery a Messi: la conexión eterna
Y si Emery cambió su carrera, Leo Messi la elevó al mito. Juntos formaron una de las sociedades más reconocibles del Barça moderno. “Nunca me hubiese imaginado jugar con el mejor de la historia, ni tener esa conexión. Para mí ha sido un privilegio”, confiesa Alba.
Unai Emery le enseñó a ver el campo de otra manera. Messi le enseñó a disfrutarlo. Entre los dos, moldearon a un futbolista total. Uno de los grandes laterales del siglo XXI, nacido de una decisión valiente y de un jugador que supo adaptarse para sobrevivir
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