Una vez el Levante superó el ‘Tourmalet’ del Barça, el Betis y el Madrid; y venció en el Tartiere a través de un ejercicio de solidez y efectividad capaz de solventar contiendas en Primera División, sintió que su percepción de la categoría debía ser superior a sus pulsaciones de permanencia. Tal vez sea natural, ya que, en ocasiones, es inevitable sentirse superior, a lo que transmite la realidad, cuando la felicidad del triunfo es superior a las adversidades de la batalla.
Un equipo con jugadores de la talla de Etta Eyong, Carlos Álvarez, Iván Romero o Kervin Arriaga, entre otros, transmite la sensación de que está apto para cotas mayores. En definitiva, una salvación sin complicaciones. A pesar de ello, la derrota del Levante ante el Rayo Vallecano, además de devolverle a la tierra de un porrazo, le recuerda que no debe relajarse ni un solo milímetro. Se ganó el derecho de competir en la mejor liga del mundo, pero nunca ha de perder la perspectiva de que cada unidad, en la máxima categoría del fútbol español, cuesta muchísimo esfuerzo conseguir. Y más, cuando su condición de recién ascendido genera condescendencia entre sus rivales.
No obstante, el Levante viaja a Mallorca buscando un resultado que reconduzca sus buenas sensaciones y, sobre todo, sirva para reforzarse a todos los niveles. La derrota contra el Rayo Vallecano indicó debilidad, pero su objetivo en las Islas Baleares pasa por no caer en un saco roto que le lleve a perder su rumbo y su identidad. El calendario, sea el equipo que sea, será siempre difícil. Pasan Barça, Betis y Madrid. Pero, sin tiempo para reflexionar, aparecen duelos directos por la permanencia y rivales revitalizados que exigen máximo rendimiento y concentración.
Es el caso del Mallorca, en caída descendente e inmerso en la irregularidad hasta que asaltó el Ramón Sánchez Pizjuán y salir victorioso con un 1-3 en el bolsillo. Ahora Son Moix considerará que el Levante es un trampolín hacia otros tres puntos, vitales al empatar a unidades con los levantinistas a ocho y estar una unidad por encima del descenso, aunque Calero se niega a ser la presa fácil, tal y como indicó en su intervención previa al choque. Se niega que lo traten desde la inferioridad. “El Levante es un recién ascendido. Cuando vamos nosotros también somos fáciles Somos una presa fácil para todo el mundo, porque querrán ganar al Levante antes que al Barça, Madrid, Betis, Valencia o Sevilla… Queremos barrer y quitar la basura que pueda haber en las cabezas y pensar en positivo”, comentó Calero en rueda de prensa.
Sin embargo, la probabilidad de victoria en Mallorca será más alta si Carlos Álvarez finalmente está disponible para el choque. El ‘24’ tiene en vilo al levantinismo después de doblarse el tobillo ante el Rayo Vallecano y sufrir un esguince, aunque su presencia sobre el césped no está descartada al cien por cien tras subirse al avión de la expedición. Sus sensaciones marcarán su disponibilidad, más allá de que Calero pretenda ser cauto. Sin embargo, y como mínimo, será un recurso de gran utilidad para la cita en Mallorca. Empatados a puntos en la tabla, y una unidad por encima del descenso, el duelo en Son Moix se prevé de carácter trascendental. Y el Levante, además de ir con el cuchillo entre los dientes, no quiere ser la presa fácil.
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