Long live Mexico! Madrid hosts 450 ethnographic pieces as a cultural diplomacy strategy to heal wounds

Walter Benjamin said that “there is no document of culture that is not at the same time a document of barbarism“. Culture has been used for centuries as a political negotiation tool and as a ‘friendly’ currency. In the 1990s, Harvard Business School professor Joseph Nye coined the term soft power to refer to these dynamics.

Soft power is the ability of a country or political actor to influence others using media such as culture, political values, diplomacy and social model, instead of resorting to force or coercion (the hard power).

Some historical examples of this political instrumentalization of art They were, for example, the loan of the Mona Lisa from France to the United States in 1962, which Jackie Kennedy achieved through André Malraux, Minister of Culture of France, managing to reverse the bad relationship between the French president Charles de Gaulle and a young and inexperienced John F. Kennedy.

In Spain the then emerging abstract expressionism of Tàpies or Saura by the Franco regime to demonstrate its openness to the world and ease tensions with the United States. In 1960 the dictatorship secretly agreed with the MoMA and the Guggenheim on a campaign to promote our young informalists.

The indigenous woman, essence of Mexican culture

The exhibition project, which opens this Friday and whose title is Half the world. Women in indigenous Mexico It will be a milestone in our countrywhere we have never been able to enjoy this huge amount of pieces of such high historical value that are, for the most part, generous loans from the National Museum of Anthropology of Mexico.

La muestra se divide en cuatro sedes: el Museo Arqueológico Nacional, el Instituto Cervantes, el Museo Thyssen-Bornemisza y la Casa de México en España, y se articula a través del reconocimiento a las culturas originarias y del papel fundamental de las mujeres en las comunidades indígenas, precisamente este año, 2025, en el que se conmemora su legado en México.

El Museo Arqueológico Nacional explorará, en la sección El ámbito humano, el contexto social de las mujeres indígenas desde el periodo prehispánico hasta la actualidad. Por su parte, la Fundación Casa de México en España ofrece, en El ámbito divino, una visión profunda de la espiritualidad y las prácticas rituales femeninas en distintas culturas originarias.

El Instituto Cervantes albergará Historias tejidas, dedicada a la producción textil como forma de expresión y transmisión cultural propia de las mujeres indígenas. Y por último, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza exhibirá La Señora Tz’aka’ab Ajaw, la ‘Reina Roja’ de Palenque, el ajuar funerario de esta figura histórica maya del siglo VII, ejemplo del poder y relevancia que llegaron a tener las mujeres de las élites gobernantes de la época.

“La idea es resaltar la riqueza cultural de México ya que somos un país con 74 pueblos originarios, además de los mestizos, en el que se hablan 68 lenguas que se consideran lenguas nacionales, no dialectos”, cuenta a El Cultural la comisaria de la exposición, Karina Romero Blanco.

“El reto comisarial ha sido encontrar el tipo de objetos que nos permitiera mostrar estas continuidades no solo en el tiempo, sino también entre todas las culturas. Porque hablar de un México indígena es un error, porque son muchos pueblos y son muchas mentalidades, pero sí hay elementos en común”, añade.

Algunas de las piezas que se podrán ver salen de México por primera vez en la historia. Y será también la primera ocasión en que cuatro instituciones de primer nivel en España acogen conjuntamente una exposición extranjera de tal magnitud, sumando un espacio expositivo superior a mil metros cuadrados.

“La exposición empieza con la cosmovisión del universo, de la que parte el relato y las deidades, que es la manera correcta de empezar a narrar una cultura. Empezamos por la dualidad que no es binaria, no es maniquea, sino opuestos complementarios complejos”, explica Romero Blanco.

La ritualística indígena, desarrollada también por mujeres va desde los cuidados domésticos “hasta su papel como sacerdotisas o guardianas de los libros sagrados, curanderas, sanadoras, también mujeres que llegaron a gobernar por derecho propio y que fueron guerreras. Mujeres que fueron jugadores de pelota, por ejemplo, que son papeles que normalmente se han registrado como masculinos. Incluso tendremos ahí algunas gobernantes mayas”. Esta temática se puede ver en el Museo Thyssen a través del ajuar de la Reina Roja de Palenque que inició una importante linaje para las mujeres de ese lugar.

En este ambicioso y complejo proyecto ha jugado un papel clave el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, con el que han colaborado la AECID, el Ministerio de Cultura español y la Casa de México en España. Un ejemplo de complicidad interinstitucional.

La herida colonial, aún sangrante

Toda esta hostilidad comienza en marzo de 2019, cuando el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envía una carta al rey Felipe VI solicitando que tanto el monarca español como el Papa Francisco pidieran perdón a los pueblos originarios de México por los abusos cometidos durante la Conquista.

Además solicitaba que se reconocieran pública y oficialmente los agravios causados durante ese periodo y proponía crear un relato de los hechos en común para iniciar una etapa de reconciliación entre ambos países.​

La solicitud incluyó referencias a matanzas, la imposición de la fe católica y otras violaciones a lo que hoy se consideran derechos humanos. El objetivo, desde su perspectiva, era de fomentar a partir de ahí una convivencia más fraternal entre México y España. El gobierno español rechazó públicamente la solicitud, argumentando que los hechos deben contextualizarse según su época.

Hoy, seis años después, el gobierno de Claudia Sheinbaum, sucesora de AMLO, parece promover la hermandad con España. El 29 de noviembre de 2024 en la FIL Guadalajara, la feria del libro más importante de América, se vivió una calma tensa por el rifirrafe diplomático originado por la carta.

Pero, a pesar de las tiranteces, en esa misma feria Ernest Urtasun, ministro de cultura de España, y Claudia Curiel de Icaza, secretaria de cultura de México, anunciaron un programa expositivo conjunto para el año siguiente y esta exposición supuso la primera piedra de esta colaboración.

Debemos recordar también la reciente concesión del Premio Princesa de Asturias de las Artes 2025 a la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, y el de Concordia al Museo Nacional de Antropología de México, como signos del acercamiento.

Cuando le preguntamos a Romero Blanco por esta cuestión, apunta que “siempre ha habido una buena relación entre México y España y la cultura siempre va a ser algo que nos une. Hay que recordar que también en México hemos acogido algunas piezas de España, como las de la fragata de Nuestra Señora de las Mercedes, por ejemplo”.

The decolonization of Spanish museums

On the other hand, Spain has started a program to decolonize our museums, in which many of the works come from the North American country. Urtasun declared, as soon as he landed in the ministry, that “a collection review process is underway of state museums that allow us to overcome a colonial framework or one anchored in gender or ethnocentric inertia. “It is about establishing spaces for dialogue and exchange that allow us to overcome this colonial framework.”

Since then they have been created two advisory committees. one for him National Museum of Anthropologywhose 150th anniversary will be celebrated this year and in which the conceptual and formal renewal of its hallmarks and its permanent exhibition are expected to be announced. another for him Museum of America –its last renewal was in 1994–, whose task will be to prepare a technical report with proposals on the conceptual lines, which have not yet been made public.

Romero Blanco, when asked about this decolonizing process, emphasizes the importance of disseminating the heritage of each country, despite the complexity of each case. He states that “the restitution of the pieces that have left Mexico illegally, through the black market and/or other means, should be considered. It is correct that they return to their place of origin“.

In addition, apart from the central exhibition project, it opens on November 6 at the Museum of America Weaving our memories with threads colonialan exhibition curated by the Ayllu Collective, which has conducted a critical review of the clothing present in the collections of the Museum of America and the Costume Museum, identifying how, through clothing, racial and gender divisions are perpetuated, while revealing its potential as resistance tool.

Relations between Mexico and Spain have experienced several moments of tension after the non-invitation of King Felipe VI to Sheinbaum’s inauguration in October 2024, an unprecedented event, which is why Madrid decided not to send any representative.

The Mexican president He assured this Monday that his Government is still waiting for a response from the Spanish State to the letter that his former president, Andrés Manuel López Obrador, sent requesting a formal apology for all the abuses committed during the conquest.

The question of reparation or compensation for the abuses committed by Spain 500 years ago, is, without a doubt, difficult to resolve. The first thing is to reorganize the collections of our museums, showing the barbarism that lies behind these pieces. Another aspect is that which promotes the restitution of certain pieces to their original countries.

The Museum of America is one of the Spanish institutions that would be most affected by this restoration process. Their catalogs contain about 25,000 pieces from Americanot only plundered but bought or given away from a relationship of inequality. Among them is the controversial Quimbaya pre-Columbian treasure: 122 gold objects that Colombia has claimed since 2017. The repatriation also raises important issues of conservation of the objects and preservation in their countries of origin.

“The easy absorption, adoption and transposition of “Decolonization is just another form of colonial appropriation,” say Eve Tuck and Wayne Yang, two scholars recognized for their joint work in decolonial studies, especially for the influential article “Decolonization is not a metaphor.”