Dos partidos de castigo, regreso al Gran Canaria y gol. Milos Lukovic anotó el segundo tanto de la UD Las Palmas en una noche en la que le tocaba disculparse con su afición después de la expulsión ante el Almería por lanzar un escupitajo a Bonini. La diana del perdón, una nueva celebración en la que simula un tiro de arco a lo Fábio Silva y una reverencia hacia un sector de la grada. El delantero serbio no supo disculparse hace dos semanas cuando ocurrieron los hechos, pero sí lo hizo ayer como mejor sabe hacer: sumando.
No lo pasó bien la UD sin su presencia estas dos semanas. Ale García, acostumbrado a la banda, intentó hacer de nueve durante esos dos partidos —Cádiz y Granada, con una victoria y un empate— pero su rendimiento no fue el mismo. Sin embargo ayer todo cambió, porque al pistolero serbio le bastaron 66 minutos para poner la calma en el feudo de Siete Palmas. Hizo subir el 2-0 al marcador y la afición respiró. Milos se disculpó a su manera y la grada lo aceptó con una ovación. Borrón y cuenta nueva con el ‘25’.
Es el delantero del técnico ovetense Luis García y el único que ha anotado gol. De los diez partidos que ha disputado la UD, Milos ha jugado siete —se perdió el primero de la temporada y dos por sanción— y todos ellos lo ha hecho como titular. Dos goles, una asistencia, 506 minutos y nueve disparos completan el historial de un fichaje de garantías que anoche lanzó un flechazo al gol.
Hambre de gol
Vestido de rosa y con ganas de volver a ponerse las botas, el de Belgrado fue la sensación de un equipo necesitado de goles y con la presión de sumar los tres puntos para colocarse en puestos de ascenso directo. El último jugador que había visto portería era Barcia en la victoria ante el Cádiz, motivo por el que el regreso de Lukovic sirvió de salvavidas.
Tuvo la primera ocasión en el minuto 22 de partido con un mano a mano ante el meta del Eibar Magunagoitia tras un pase magistral de Enrique Clemente, fue el primero en correr a abrazar a Ale García tras abrir la lata y en el 66 llegó su momento: Marvin la centra y Milos remata de primeras en el que fue su primer gol en casa. Baño de masas y la alegría contenida de dos semanas eternas sin jugar.
Luis García, que ya había salido en defensa de su delantero en varias ocasiones, anoche en el post partido volvió a apoyarse en sus palabras y expresó la confianza que tiene en él. «Nosotros tenemos mucha esperanza en su trabajo y en sus goles. Creo que el gol le estaba siendo esquivo después de trabajar muy fuerte, de tener situaciones, pero la vida de goleador es esa: insistir. Le animo a que siga empujando y mejorando, tiene solo 19 años», expresó para después finalizar asegurando que el remate que realizó para marcar «está al nivel de los mejores».
Ayer fue la noche de Lukovic, pero también la de un Ale García y un Enrique Clemente que volvieron a formar el trío de los tres mosqueteros. Al igual que ocurrió en Córdoba. Con el mismo resultado pero esta vez siendo locales.
La noche de los goles
Con el 3-1 ante el Eibar, la UD Las Palmas vuelve a anotar más de dos goles en un partido. En una temporada en la que los amarillos se han obsesionado con ser los menos goleados, la falta de pólvora también ha afectado a un vestuario con poca determinación. Pero anoche a Luis García le volvió a salir la jugada a la perfección. Funcionó el once inicial, los cambios y la unión de un vestuario que durante la semana se había conjurado para lograr la quinta victoria.
Un regreso marcado por un camino de color rosa , por un notable cambio de actitud con respecto a los partidos previos a su expulsión y por la presencia del gol en un Estadio de Gran Canaria que ya ha cantado siete goles y ha presenciado tres victorias. La UD sonríe y sueña con el ascenso.
Via: The Province – Diario de Las Palmas
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