El circuito de Phillip Island es uno de los más reconocibles del campeonato, situado en la costa sur de Australia, a unos pocos kilómetros de Melbourne. Su cercanía con el mar deja imágenes inigualables de los pilotos saliendo de las curvas a toda velocidad con el brillante azul del agua de fondo. Pero también está expuesto a las condiciones climatológicas como las que obligaron a cambiar la hora de la carrera del domingo por las fuertes rachas de viento, así como a la presencia de la fauna de la zona.
En el trazado australiano es común ver una multitud de gaviotas sobrevolando las gradas y la pista, e incluso posándose despistadas en busca de un momento de tranquilidad o algo para comer. Ajenas a lo que sucede a su alrededor, su presencia a veces puede convertirse en un inconveniente para la competición. El sábado durante la sprint fue un claro ejemplo, cuando varias de estas aves se encontraban en la zona de meta tranquilamente mientras estaba a punto de empezar la carrera. Una vez los motores se pusieron en marcha, hubo una desbandada con varias de ellas cruzando la pista y consecuencias nefastas.
Varias fueron atropelladas por los pilotos, que poco pudieron hacer para esquivarlas e incluso una de ellas quedó despedazada al colarse entre la rueda y el carenado de la moto de Bezzecchi. El italiano disputó las 13 vueltas con una parte del animal incustrada en su moto. “Por desgracia, al cruzar la meta vi que tenía otra ala”, explicó el de Aprilia, quien explicó como los animales impactaron en su casco e incluso su mano y se disculpó por el triste final de la gaviota. “Sentí miedo porque no podía hacer nada”, confesó.
No es la primera vez que se vive una situación así en Australia. En el GP oceánico de 2015, otro italiano, Andrea Iannone se llevó un buen susto por una gaviota que impactó en su carenado durante los primeros giros de la prueba. Como resultado, el animal acabó muerto, la moto de Iannone con un agujero y una posición perdida. Algo antes, en 2013, Jorge Lorenzo rodó durante varias vueltas con una gaviota enganchada en su carenado mientras se disputaba la Q2 del GP. El balear ni siquiera se dio cuenta de que el ave le acompañó en ese período, y acabó haciéndose con la pole.
El local Jack Miller también tuvo un encontronazo con una gaviota en la Q2 de la prueba el curso pasado, lo que provocó importantes daños en su moto. Poco antes había sorteado también a un pequeño conejo que se coló en la pista. En la sprint, otra gaviota impactó con su moto y se quedó atascada entre la palanca de freno y el manilla, por loq ue el australiano tuvo que acabar la carrera con el animal colgando.
Àlex Márquez vivió también de primera mano un capítulo con aves. En 2016, un pájaro se cruzó en su camino mientras se celebraban los test en Brno y sin tiempo para esquivarlo, el ave acabó impactando contra la cúpula de su moto rompiéndola en pedazos e impactando contra su casco. En ese mismo trazado, unos años antes, en 1999, el japonés Masao Azuma no pudo esquivar a un pequeño ciervo que se cruzó en el asfalto.
No solo de gaviotas vive Phillip Island
Así, los animales con alas no son los únicos que han sido protagonistas en los circuitos. En Australia 2024, Jorge Martín a punto estuvo de llevarse por delante a un conejo. Por suerte, como en el caso de Miller, el madrileño consiguió esquivarlo y la osadía del animal se saldó sin consecuencias.
Y en tierra de marsupiales, a nadie debería sorprenderle ver uno de ellos por las inmediaciones, aunque más complicado es que se cuelen en el propio circuito, como sucedió en 2022, cuando un wallaby a punto estuvo de echarse encima de Aleix Espargaró. El animal, asustado, tomó el camino contrario, evitando así lo que hubiera sido un terrible accidente. Al día siguiente, la carrera de Moto 2 hubo bandera roja y no pudo finalizarse por la presencia de dos ocas en el trazado.
Estos no han sido los únicos incidentes con animales en MotoGP. En 2015, un perro recorrió el COTA durante una de las sesiones de entrenamientos libres, mientras los organizadores intentaban atraparlo para continuar con la sesión. En el Gran Premio de Malasia de 1998 durante la carrera de 250cc una serpiente cruzó la pista en el momento más inoportuno y fue atravesada por la moto de Gino Borsoi. Mejor suerte corrió un lagarto que se coló en ese mismo trazado en 2005. Valentino consiguió esquivarlo a tiempo y el reptil se marchó por donde había venido.
Bonus Track
Los animales no han sido solo protagonistas en las carreras de MotoGP. En Fórmula 1 los pilotos también han tenido que enfrentarse a curiosos invitados en la pista. Desde zorros y ciervos a las habituales marmotas en Canadá, pero quizás lo más sorprendente fue la aparición de un gran reptil. Ni más ni menos que un cocodrilo. En el GP de Singapur 2016 un especímen de dos metros pasó por delante del Red Bull de Max Verstappen. “Hay un lagarto gigante en la pista”, reportó el nerlandés por radio. Su tono de asombro no dejaba lugar a dudas.
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