Los números no engañan. El Barça 2025-26 corre menos, presiona menos y sufre más. Según datos oficiales de LaLiga a los que ha tenido acceso el diario SPORT, el conjunto azulgrana ha experimentado un notable descenso en sus registros físicos respecto a la pasada temporada. La distancia total recorrida por partido, así como los metros recorridos a alta intensidad (por encima de los 21 km/h y los 24 km/h), han caído de forma alarmante, situando al equipo muy por debajo de la media del campeonato.
The coach of FC Barcelona, Hansi Flick, during the training that his team has carried out at the Joan Gamper sports city to prepare for the LaLiga match that they will play tomorrow against Girona FC. EFE/Enric Fontcuberta / EFE
Durante la temporada 2024-25, el Barça se mantenía entre los equipos que más kilómetros recorrían por encuentro. Ocupaba el quinto puesto en la clasificación global, con 117.429 metros por partido, por encima de la media de LaLiga (115.572). Solo Celta, Atlético, Girona y Espanyol superaban esas cifras. El equipo combinaba intensidad, control del balón y una capacidad de presión sostenida que lo convertía en un conjunto físicamente fiable y competitivo hasta los minutos finales.
Un año después, el panorama ha cambiado de forma radical. En las ocho primeras jornadas del presente curso, el Barça ha caído hasta la decimoquinta posición en distancia recorrida, con apenas 113.444 metros por partido, muy por debajo de la media actual de la competición (115.091). Es decir, el conjunto de Hansi Flick recorre casi cuatro kilómetros menos por encuentro que hace solo unos meses. Y no se trata de un simple dato: refleja una caída generalizada en la intensidad y en la capacidad de sostener el esfuerzo durante los noventa minutos.

Lamine and Pedri celebrate Barça’s first goal against Girona / Associated Press/LaPresse
El contraste con sus rivales directos es evidente. El Atlético de Madrid, líder también en este aspecto, promedia más de 120 kilómetros por partido, manteniendo su tradicional exigencia física. Equipos como Espanyol, Elche o Celta superan igualmente los 117.000 metros, mientras el Barça se hunde en una zona baja que comparte con conjuntos como Athletic, Sevilla o Valencia. El dato más llamativo lo vuelve a protagonizar el Real Madrid, último en la clasificación física por segundo año consecutivo, con 110.626 metros, aunque su estilo de juego más pausado y vertical compensa en otras facetas.
Reunión urgente tras el 4-1 ante el Sevilla
El bajón no ha pasado desapercibido para Hansi Flick. El técnico alemán, muy meticuloso en el control de los parámetros físicos, convocó el pasado lunes una reunión con su cuerpo técnico y los preparadores físicos del primer equipo, apenas 24 horas después de la dura derrota por 4-1 ante el Sevilla. El encuentro sirvió para analizar los datos de rendimiento físico recopilados en las últimas semanas y trazar un plan de ajuste inmediato en las cargas de trabajo y en la planificación de entrenamientos.

Ferran Torres, against PSG / Valentí Enrich
El calendario también ha jugado su papel. Entre compromisos ligueros, Champions y parones internacionales, el equipo acumula ya una carga de minutos importante, especialmente en los jugadores más jóvenes. Aun así, Flick no quiere excusas: su objetivo es recuperar la agresividad y la capacidad de presión que caracterizaron al equipo en los mejores tramos de la pasada campaña. Para ello, se ha diseñado un plan específico de trabajo individualizado con los preparadores físicos, centrado en aumentar la capacidad de sprint repetido y la resistencia aeróbica.
Una cuestión de fiabilidad
La caída en los indicadores físicos tiene consecuencias directas sobre el juego. El Barça de la 2024-25 destacaba por su dinamismo y su presión organizada, lo que le permitía robar en campo rival y dominar los ritmos del partido. Esta temporada, los datos reflejan un equipo más plano, menos intenso y con menor capacidad para sostener el esfuerzo. El descenso de metros recorridos a alta intensidad —por encima de los 21 y 24 km/h— confirma que el Barça no solo corre menos, sino que también acelera menos y llega con menos energía a las zonas de finalización.

Raphinha and Ferran Torres during an action of the match between Real Oviedo and FC Barcelona / Dani Barbeito
Flick lo sabe: sin intensidad, el modelo se resquebraja. Por eso ha puesto el foco en recuperar la base física que sustentaba su idea futbolística. El cuerpo técnico confía en revertir la tendencia con una gestión más cuidadosa de las cargas y una mejora en la preparación invisible —descanso, nutrición, prevención de lesiones—. El mensaje interno es claro: el equipo debe volver a ser fuerte en lo físico para poder serlo también en lo futbolístico.
La temporada aún está en su primer tercio, pero los datos ya han encendido las alarmas. Si el Barça quiere volver a ser tan fiable como el curso pasado, tendrá que hacerlo desde las piernas. Flick lo tiene claro: sin esfuerzo, no hay estilo, y el esfuerzo depende del momento físico, entre otras cosas…
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