“We cannot allow it to have the same impact as Covid.” - Bundlezy

“We cannot allow it to have the same impact as Covid.”

Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad (CCAES), participó ayer en el X Congreso de Comunicación Social de la Ciencia organizado por la Universitat (UIB) y la Asociación Española de Comunicación Científica (AEC2). Participó en la mesa redonda ‘Crisis? What Crisis? La comunicación científica en situaciones de emergencia’.

PREGUNTA: ¿Cuál es la directriz o filosofía fundamental al comunicar en contexto de crisis?

RESPUESTA: La de siempre: la sinceridad. Es fundamental que todo lo que se comunique se haga sabiendo lo que se dice, siendo sincero y, sobre todo, expresando las dudas sobre la información que se tiene. Además, no es lo mismo una crisis que se genera alrededor de una emergencia sanitaria que una emergencia sanitaria. Eso depende mucho de la confianza que tenga la población. Si no confían, acaba generándose una crisis. Si hay confianza, las emergencias tienen menos probabilidades de convertirse en crisis.

¿Comunicar en crisis implica también decidir qué no se comunica para no generar alarma?

La información no tiene por qué generar miedo, ayuda a tomar las medidas adecuadas para que el impacto sea menor. No es una cuestión de qué no se comunica, sino de qué hay que comunicar para responder correctamente. Lo que queda sin comunicar no es una decisión consciente, es simplemente la parte que puede no ser de interés para reaccionar mejor. Y si alguien solicita esa información, se da sin ningún problema.

¿Cómo se puede mejorar la comunicación científica y captar la atención sin perder rigor?

Yo no soy experto en comunicación, por tanto no puedo decirte lo que otros expertos te dirán mejor. Lo que sí puedo decir es que lo fundamental es la sinceridad y entender al público al que te diriges. Si te diriges a un público concreto, utilizas los medios a los que ese público accede. Pero bueno, mi trabajo es técnico-científico, yo no decido la estrategia de comunicación.

Durante la pandemia del covid ejerció este doble rol de experto y de comunicador. ¿Cómo sobrellevó estar tanto tiempo bajo el foco mediático?

En aquel momento no me daba ni cuenta. Teníamos jornadas de 16, 18 horas diarias. Mi trabajo de comunicación era una parte pequeñita. Era un paréntesis que me permitía descansar un poco la mente y reflexionar sobre los datos y las preguntas, junto con el trabajo que hacíamos con todo el equipo de expertos.

Los que sí eran expertos en comunicación, ¿le riñeron mucho?

Yo creo que no se atrevían. Imagínate que me riñen y digo ‘pues ya no hago más’ [Ríe].

Se ha dicho que “había que quemar a alguien” y le eligieron a usted, ¿lo sintió así?

Hubo muchos expertos en muchos países que se quemaron. Yo me siento normal, he hecho mi trabajo. Es verdad que estuve sobreexpuesto, pero eso depende de la estrategia de comunicación. El objetivo no era cuidar a Fernando Simón, sino solucionar una pandemia y conseguir que la población actuara correctamente. En diversos países utilizaron diversas estrategias. En España se decidió por un tándem de comunicación política por parte del ministro y técnica por mi parte. El punto no es saber si a mí se me quemó, sino ver cuál de esas estrategias tuvo mayor impacto. En España el resultado fue bueno, comparable con otros países. Mi comunicación no era lo que Fernando Simón pensaba, era la comunicación de los consensos entre todos los expertos con los que trabajábamos.

Hay gente que aún duda de que existiera un grupo de expertos

La cantidad de información que se generó durante la pandemia y la velocidad no tuvo precedentes. Teníamos que tener grupos para discernir lo importante de lo no importante, lo verdadero de lo falso, lo que tenía calidad técnico-científica. En algunos casos eran grupos de instituciones, universidades, centros de investigación. En otros casos eran grupos que nosotros conformábamos. Trabajamos con un montón de grupos de expertos.

Con el COVID vimos cómo se hacía la ciencia en directo: ensayo y error, directrices que se revocaban porque salía nueva información… Eso generó incredulidad e indignación entre parte de la población (‘un día me dicen una cosa y al día siguiente otra’), ¿cómo hacer ver que en la ciencia no hay verdades absolutas sin menoscabar la credibilidad en la ciencia?

Es muy difícil. Se puede hacer, pero requiere tiempo que a veces no tenemos. Comunicar un dogma es muy sencillo, es una cuestión de fe. La fe no admite dudas. En cambio, la ciencia vive en y de la incertidumbre. Cada respuesta genera nuevas preguntas. Eso no es fácil de comunicar porque muchos comunicadores quieren certezas y muchos receptores quieren dogmas. Se puede hacer, pero requiere ese compromiso de comunicadores, técnicos, científicos y población, un trabajo de décadas que empieza en el colegio.

¿Se esperaba que tras el covid aumentara el negacionismo científico?

Yo creo que hay más visibilidad por el acceso a las plataformas y redes, donde cualquiera puede poner lo que considere. Pero el volumen de información científica es mucho mayor que la parte negacionista o terraplanista. Lo que pasa es que lo otro es más atractivo en una conversación de bar. Hay que valorar a qué audiencia nos queremos dirigir: si queremos desgastarnos en un 5% que solo cree en dogmas o dedicarnos al otro 95% de la población.

Se convirtió en un meme con lo de “serán solo uno o dos casos”… ¿se arrepiente de algo, de alguna frase o declaración en particular?

Yo entiendo que esa historia es un meme gracioso. Si la gente necesita reírse en una situación de tanta tensión, me parece bien. Hay que descargar tensión. Aquello estaba en un contexto muy concreto de nuestro primer caso en La Gomera. Si alguien lo saca de contexto para hacer un meme gracioso, a mí no me molesta. Lo que me molesta es cuando personas que tratan de informar correctamente sacan esa información de contexto para hacerla pasar por seria y completa.

Ahora la población general y los medios están más atentos a noticias que tienen que ver con posibles epidemias, ¿dónde hay que tener el foco puesto ahora, en qué se están fijando?

Todos los días hacemos un rastreo de todas las situaciones que pudieran ser un riesgo. Filtramos 20, 30, 40 situaciones diarias y evaluamos con cuidado cuatro o cinco. Seguimos de manera continua riesgos como los virus aviares que afectan animales y corremos el riesgo de que lleguen a transmitirse entre humanos. En el momento en que consideremos que hay información suficientemente fundada para alertar, lo haremos. Tratamos de que no se nos escape ninguna, pero puede pasar.

¿Volveremos a vivir una situación parecida como la pandemia?

La respuesta es sí. La historia nos muestra que la viviremos. No sé si dentro de un año o dentro de 30. El problema no es vivir una pandemia de gran impacto, sino que no podemos permitir que la siguiente tenga el mismo impacto. No se puede consentir que vuelva a generar siete millones de muertos en el mundo. Tenemos que conseguir que el impacto sea menor. En 1918, con la llamada gripe española, que no era fallecieron alrededor de 50 millones de personas. El impacto del COVID ha sido enorme, inaceptable, pero han sido siete millones, con una población aproximadamente ocho veces mayor. El impacto ha sido menor porque tenemos más medios y profesionales mejor preparados. Aun así fue una catástrofe. La siguiente, con la mitad de muertos, tendremos que seguir considerándola una catástrofe. Tenemos que conseguir que el impacto sea menor, pero que la percepción de riesgo de la población sea la misma.

Eso no será fácil porque ya hemos vivido una, algo que a nivel de comunicación se deberá tener en cuenta… ¿si le llamaran para comunicar en la siguiente pandemia, aceptaría?

Yo soy médico epidemiólogo. Me formé para responder a situaciones de epidemias y pandemias. No voy a dejar de hacer mi trabajo porque sufra presión mediática o presión de unas cuantas personas que odian a todo el mundo. Si la misma persona me odia a mí, odia a Lady Gaga, odia a Rosalía, odia a Berasategui… esa persona no tiene credibilidad. Los profesionales tenemos que sobreponernos a esos miedos y dar un paso adelante cuando es necesario. No podemos dejar que la población esté informada por gente que odia a todo el mundo y sesga la información de manera no aceptable.

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